Sabemos muy poco, y sin embargo es sorprendente que sepamos tanto, y es todavía mas sorprendente que tan poco conocimiento nos de tanto poder.





















miércoles, 17 de noviembre de 2010

Emotiva noche en los premios ciudad de La Plata

El municipio de la Ciudad de La Plata distinguió a las personalidades más importantes del año en diferentes rubros, además entregó menciones especiales – Chicha Mariani, Juan Sebastián Verón, el equipo de Handball femenino yCarlitos Cajade se llevaron las grandes ovaciones.







En el teatro  Coliseo Podestá de la ciudad de La Plata tuvo una noche de gala. Deportistas,  empresarios y personalidades de la ciudad recibieron el premio “Ciudad de La Plata”, una iniciativa del intendente Pablo Bruera, que a través de este reconocimiento intenta estimular el aporte invalorable que producen las diversas actividades a la comunidad. 

La apertura de los premios la hizo el Intendente Pablo Burera, que luego se quedó para entregar todos los premios, y el primero en abrir el escenario, con un Coliseo a todo aplauso, fue el actual jugador de estudiantes de La Plata, Juan Sebastián Verón, quien agradeció por el reconocimiento.

Más tarde llegó el turno del grupo de música Estelares y acto seguido, uno de los momentos más emotivos de la noche,  el reconocimiento pos mortem a Carlos Cajade, creador de la obra  “La madre Tres veces admirable” que alberga a chicos humildes, fue recibido por su hermano y su sobrino Daniel, quien agradeció el homenaje y dedicó el premio a todos aquellos que trabajan a diario para que el hogar siga de pie.




Otro de los momentos elogiables de la gala fue cuando subió al escenario el equipo completo de Handball  Femenino de Estudiantes de La Plata, quienes viene de obtener un campeonato en Colombia y de consagrarse campeonas en el nacional de clubes, quedando como el mejor equipo del país en su disciplina.   


Luego el intendente Bruera entregó el premio al grupo de música platense Virus, Chicha Mariani, el actor Federico Délia, el bailarin Iñaqui Urlezaga, Emilio Sichini, Vicente Krausse, Lalo Painceira, Eduardo Catani, Gastón Sessa, Enrique Videla, Fernando Sessa,  Paula Almerares, Joaquín Tuculet, Lucas Peralta,  Selección Básquet,  Andrés Darricaurd,  Felipe Taglianut,  Mariano de Rosa,  Andrea Guassardo,  Leopoldo Brizuela,  Pablo Liziaga Olmos,  Gastón Marioni,  Marcela Cabutti,  Ing. Raúl Lopardo.



En el teatro  Coliseo Podestá de la ciudad de La Plata tuvo una noche de gala. Deportistas,  empresarios y personalidades de la ciudad recibieron el premio “Ciudad de La Plata”, una iniciativa del intendente Pablo Bruera, que a través de este reconocimiento intenta estimular el aporte invalorable que producen las diversas actividades a la comunidad. 

La apertura de los premios la hizo el Intendente Pablo Burera, que luego se quedó para entregar todos los premios, y el primero en abrir el escenario, con un Coliseo a todo aplauso, fue el actual jugador de estudiantes de La Plata, Juan Sebastián Verón, quien agradeció por el reconocimiento.

Más tarde llegó el turno del grupo de música Estelares y acto seguido, uno de los momentos más emotivos de la noche,  el reconocimiento pos mortem a Carlos Cajade, creador de la obra  “La madre Tres veces admirable” que alberga a chicos humildes, fue recibido por su hermano y su sobrino Daniel, quien agradeció el homenaje y dedicó el premio a todos aquellos que trabajan a diario para que el hogar siga de pie.

Otro de los momentos elogiables de la gala fue cuando subió al escenario el equipo completo de Handball  Femenino de Estudiantes de La Plata, quienes viene de obtener un campeonato en Colombia y de consagrarse campeonas en el nacional de clubes, quedando como el mejor equipo del país en su disciplina.   

Luego el intendente Bruera entregó el premio al grupo de música platense Virus, Chicha Mariani, el actor Federico Délia, el bailarin Iñaqui Urlezaga, Emilio Sichini, Vicente Krausse, Lalo Painceira, Eduardo Catani, Gastón Sessa, Enrique Videla, Fernando Sessa,  Paula Almerares, Joaquín Tuculet, Lucas Peralta,  Selección Básquet,  Andrés Darricaurd,  Felipe Taglianut,  Mariano de Rosa,  Andrea Guassardo,  Leopoldo Brizuela,  Pablo Liziaga Olmos,  Gastón Marioni,  Marcela Cabutti,  Ing. Raúl Lopardo.

Muertes y reconfiguraciones de los espacios políticos

Destinos que se ponen en juego tras la muerte de Néstor Kirchner y Mariano Ferreira Por: Néstor Fernández (Lic. Ciencias Políticas)

La actitud necrológica de los posicionamientos políticos que el fallecimiento de Néstor Kirchner posibilitó se dirimen diariamente entre las tensiones de reclamos sectoriales tendientes a una reconsolidación sectorial y un reclamo, podríamos decir un poco más desorganizado ( no confluido en instituciones partidarias tradicionales), de profundización de los aquellos gestos y posicionamientos que conllevaron a los apoyos no partidarios a las gestiones kirchneristas.

El acompañamiento durante el velorio del Kirchner a la presidenta, fenómeno de procesión religiosa pero con neto contenido laico, impartió en el concepto de “fuerza” el, evidente, al mismo tiempo que desalmado, reconocimiento de las pujas que la orfandad política produce. Indudablemente, la espontaneidad de las manifestaciones lingüísticas encierran en sí un saber de las consecuencias o de las inestabilidades que las personalidades políticas generan en el devenir de la historia. Y en el caso de la Historia Argentina, el personaje de Kirchner fue algo inesperado que desencajó de las lógicas tradicionales que deberían haber continuado el cortejo de Poder. No olvidemos que la argentina esperaba un representante de los intereses agrarios, no sólo para consagrar sus intereses sino para la consecución de un modelo, no sólo económico sino político y cultural. En fin, Reuteman.

La incógnita respecto de los devenires políticos que no estaban completamente obturados con la presencia de Kirchner se trasformó en un trasfondo especulativo sin ribetes que ha permitido las especulaciones y actos más descarados, o mejor dicho, evidentemente sectoriales que se pudieran realizar.

Ante este escenario, la presidenta y cierta estructura gubernamental ha manifestado el sostenimiento y profundización de un modelo, de éste modelo se aclara, haciendo muchas veces dificultoso discernir las especifidades del mismo pero que encuentra en muchos actos de gobierno sus grandes ejes simbólicos con los cuales propone definirse: Derechos Humanos, Ley de Servicios Audiovisuales, Asignación Universal por Hijo, Matrimonio Igualitario.

Mas allá de estas condiciones, podríamos decir genéricas y nada novedosas (en cuanto a su análisis), lo que resultó evidente con la muerte de Kirchner es la fragilidad de las construcciones políticas dentro del cinismo resultadista de los momentos eleccionarios y las consecuentes metamorfosis “ideológicas” de los sujetos políticos en pugna. En fin, nada nuevo ni desconocido. Sin embargo, al referirnos a cuestiones de identificación y de definiciones políticas, lo que resulta evidente es que las mismas se manifiestan y ratifican permanentemente: en actos de gobiernos (como los mencionados), en gestos y en discursos.

Las crónicas respecto de los últimos diás de vida de Kirchner relatan su preocupación respecto de otra muerte que lo antecedió, la de Mariano Ferreira, el joven militante del Partido Obrero, asesinado en una emboscada realizada por un grupo de “rompe-huelgas”, que paradójicamente fue organizado por la representación sindical hegemónica del gremio de los ferroviarios.

La preocupación de Kirchner, refería a la tragedia de una muerte, al mismo tiempo, que a las consecuencias para un gobierno de una muerte política. “Quién le había tirado ese muerto?” es la expresión vernácula, insensible, de las mentalidades entramadas en las consecuencias expositivas que actos de semejante injusticia generan.

Esta preocupación que Kirchner no podrá develar, ha dejado abierto un gran reclamo de justicia, que no sólo invoca a la resolución judicial sobre el asesinato de Mariano, sino que puso en evidencia el complejo entramado de prevendas y mezquindades que el sistema ferroviario argentino organiza entre empresas mercerizadas, las conducciones sindicales y los subsidios estatales.

De estas cuestiones, surge el primer gran paso definitorio respecto del modelo que se plantea sostener y profundizar por el gobierno. Indudablemente las ligazones, no especificas respectos del uso de la violencia opresiva sobre los sectores trabajadores, pero que han existido con las cúpulas sindicales de los ferroviarios deben desprenderse de viejas lógicas y hacer evidente la desvinculación del gobierno respecto de los mismos. Este, podríamos decir, será el gesto político que se pondrá en evaluación para poder comprender el modelo.

Asimismo, intervenir respecto de las precarizaciones laborales que la tercerización del trabajo sigue realizando ( ya que no es nada nuevo, pero continua) es el acto de gobierno a evaluar. Sobre estos, el ministro Tomada fue “rápido” en hacer entrever que esta preocupación había sido recibida por el gobierno, y hasta con antelación.

En cuanto a lo discursivo, a pesar del reclamo de máxima que los partidos de izquierda y principalmente, troskistas, donde militaba Mariano, plantearán y, por los cuales, harán ver que cualquier acción es insuficiente, dado que siempre existen responsables superiores que aquellos que ejecutan los actos o de aquellos que los organizan y convocan. Salvados, estos, en la soterranea sombras de los arreglos y convenios del sindicalismo con el gobierno. Es decir, cuando pidan el procesamiento y encarcelamiento de Pedraza, el sostenimiento y profundización del modelo también se pondrá en juego. Recaer en acusaciones peyorativas y denotativas respecto de las tradiciones políticas de estos partidos o sus posturas ante determinados debates públicos no brindarán respuesta a este reclamo y consecuentemente generará una insuficiencia política.

La relación necrológica de las muertes en la historia argentina, se relacionan en este momento ante la necesidad de brindar certezas de postulados, sentidos y lenguajes políticos, en fin, del modelo. Tarea poco sencilla y, evidentemente, no para sujetos ni leguajes incrédulos que supongan una mágica (liberal) resolución de los conflictos, pero donde los núcleos conflictivos de la política y su relación con la justicia, en un sentido absoluto y no procesal, son puestos en juego. Dilemas de la historia argentina. Importantes e interesantes dilemas, de los cuales su resolución, sus  pronunciamientos, sus gestos, marcarán los senderos de las definiciones políticas del destino argentino.
Las masividad y, consecuente, repercusión de los eventos conmemorativos respecto al bicentenario realizados en la ciudad de Buenos Aires, en el denominado Paseo del Bicentenario, sorprendió a propios y extraños. La festividad de esos días irrumpió las lógicas cotidianas del uso público y del habitar de la ciudad, como del temario mediático de la semana.

Las condiciones tradicionales y deseadas del vivir metropolitano se vieron afectada en sus principios constitutivos, las popularidad, podríamos hablar de multitud, que se desplazo de los diversos sectores que la segregación social les ha impuesto, desde ghettos para los pobres hasta barrios privados para los ricos, sustituyo los principios de la agilidad y de la marginación por la asimilación y visibilización de la heterogeneidad.

Los propios habitantes de las zonas festivas, afectados en su condición de ciudadanos impolutos, deberion aceptar las inconveniencias que la festividad les ocasionaba, reconociendo el principio de esta, de fiesta. Este reconocimiento no implica, sin embargo,  la reinvindicación de la supremacía de los intereses públicos por sobre los privados. Sino el saber de que bajo ciertas condiciones el vivir comunitario debe aceptarse.

El prototipo de los habitantes afectactos por los festejos de la semana pasada, brindan ciertos elementos para comprender la recepción y análisis que se brindo a los mismos. El reconocimiento a las labores organizativas y al “éxito” de convocatoria por parte de la critica periodistica, se basa en la civilidad del comportamiento de esa multitud que participó, circuló, presenció y disfrutó de los stands, de los recitales musicales y de las procesiones (marchas militares, carrozas historicas).

La conjunción de la masividad del acto y el comportamiento “civilizado”, como buenos espectadores hicieron de este evento un hecho irrefutable de apreción y de exaltación ciudadana. Así, a pesar de ese reconocimiento inicial que se promulga a la organización y consecuentemente al Estado, como agente movilizador por fuera de los reclamos sectoriales y corporativos, el gran hecho de reinvindicación se configura en esa multitud presente, y en su comportamiento (civilizado, ciudadano).

El juego de estos elementos permite, al mismo tiempo que sobrevalora la actitud estatal y la condición popular, establecer una diferenciación entre ambos y principalmente entre la política y el pueblo, o esa ciudadanía espectadora civilizada. Retomando una lógica de lo antagónico, el análisis periodístico opone al valor del comportamiento de la multitud, la barbarie de los comportamientos políticos, o de su dirigencia más visible.

Más allá de esta lógica, que lejos esta de comprender las condiciones paradojales que se desarrollan en las acciones políticas y sociales planteando como núcleo sustantivo la diferenciación de lo deseado, de lo racional, de lo correcto, de lo ético respecto de la política, considerar al los eventos acaecidos como la reivindicación del mundo de lo público por sobre las privacidad y marginalidad contemporánea resulta desmedido.

El carácter masivo de los eventos permitió, aunque sea efímeramente, visibilizar la posibilidad de la ocupación del especio publico por la heterogeniedad de los sectores sociales. Sin embargo, es necesario remarcar que dicha intervención sobre la ciudad y, principalmente, sobre su sacrosanto espacio de movilidad, las calles, sólo fue aceptado en tanto condición de espectador y no de sujeto político. O precisamente por esta condición de un sujeto político espectador sometido a una ritualidad escolar.

Sin embargo, algo destacable de las actividades y contenidos de las festividades del bicentenario, en comparación con las acaecidas hace una centuria, es la reivindicación de una condición hacia lo propio y lo latinoamericano, respecto de los que otrora fuera una preocupación europeizante y de ocultamiento de conflictividades. El lenguaje latinoamericanistas y la mostración de los horrores de las propias actuaciones ( dictadura militar y Malvinas) permiten avizorar un horizonte de época desde donde plantearse la discusión sobre el relato histórico y actual que un país pretende darse a doscientos años de su declaración y acción revolucionaria independentista.

Para aquellos que pudieron vivir esta experiencia y para aquellos que la recepcionamos mediante las trasmisiones televisivas, las imágenes ofrecidas, más allá de ciertas apreciaciones que se expresaron en estas consideraciones, brindaron una instantánea de un lugar donde indudablemente preferiríamos vivir.
Por: Néstor Fernández (Lic. Ciencias Políticas)